comprar saxofon

Al comprar un saxofón, queremos que nos dure y para que eso ocurra debemos pensar que es un instrumento que requiere de limpieza y desinfección para que se mantenga en las mejores condiciones y para cuidar tu salud, recuerda que hay elementos que entran en contacto con la zona bucal y tu cuerpo.

Guía para limpiar un saxofón: Limpiar el interior y exterior

Como todo instrumento, el saxofón necesita de un mantenimiento habitual para tenerlo en las mejores condiciones.

El proceso es muy sencillo y no tomará mucho tiempo, pero es importante que lo hagas de forma cuidadosa para eliminar residuos y suciedades que puedan dañarlo.

La limpieza del saxofón es una excelente inversión donde podrás ahorrar tiempo y esfuerzo.

A la hora de limpiar el instrumento, debes considerar qué zona va a desinfectar, ya que cada un requiere de un procedimiento distinto. Las primeras que vamos a ver son las zonas interiores y exteriores.

1.      Limpieza del interior

Lo primero es limpiar el cuerpo del saxofón, para esto puedes usar el cepillo o paño de cuerda larga que viene con el instrumento. La mayoría de los modelos que compres cuentan con estos accesorios.

El extremo con peso debes colocarlo en la campana del saxofón y darle la vuelta, luego pasa el paño o cepillo por el extremo con peso dentro del cuerpo del instrumento, dejando que salga por el extremo angosto.

Debes pasar el paño de cuerda larga, o el cepillo por el interior del cuerpo varias veces seguidas.

Con esta limpieza secarás el interior del instrumento, de esta manera las almohadillas no se dañarán. También evitas el crecimiento de las bacterias y puedes quitar la acumulación de partículas de saliva, bebida o comida adheridas al instrumento.

Luego de varias pasadas, notarás que la almohadilla adquiere un tono verde, esto quiere decir que no existen signos de óxido, o daños en el metal.

2.      Limpieza del cuello

Después comienza con la limpieza del cuello, para esto, inserta un hisopo flexible por la abertura más grande de la base del cuello, dejando que salga por el extremo angosto, donde se fija el corcho.

Frota bien el hisopo en el interior para quitar las partículas extrañas en su interior. Otra opción es echar agua en el cuello, aunque no debe entrar en contacto con el corcho, de lo contrario se hincha y deforma.

También puedes mojar el interior con vinagre y cepillarlo con detergente, con esto quitas el exceso de acumulación.

3.      Limpiador de almohadillas

Con el limpiador de almohadillas puedes quitar la humedad residual. Úsalos después de la primera limpieza para que absorba la humedad de forma efectiva. Introduce el limpiador por el extremo angosto del cuerpo, dejando que absorba la humedad por varios segundos y retira.

Hay fabricantes que elaboran artículos similares, como limpiadores de cuello o cepillos de campana, por ejemplo, para otras partes del instrumento. Los puedes compra y usar para mejorar la limpieza, aunque no son tan necesarias para el mantenimiento del saxofón.

4.      Limpiar las teclas

Por último, tienes que revisar si no hay teclas con pegotes, así que verifica que debajo de ellas no hay desgastes notables.

Para su limpieza puedes usar hisopos de algodón húmedos o una pieza fina de papel, de esta manera limpias por la zona de las teclas que se unen con el tono. Elimina cualquier residuo pegajoso para que no afecte la tocada del instrumento.

¿Cómo limpiar la boquilla?

Otra parte del saxofón que requiere de limpieza es la boquilla, y es que la higiene y desinfección tiene que ser con frecuencia, ya que está en contacto con la boca. Si se mantiene sucia, hay posibilidades de que entres en contacto con microorganismos.

Retira la caña y utiliza el cepillo para boquilla, con esto eliminas los residuos en su interior. Si no tienes el cepillo, puedes usar uno para botellas o uno de dientes pequeño.

Moja la boquilla con agua tibia o fría, pasa un paño limpio y sin pelusas, para después dejar secar, retirando las partículas que quedaron. Si la boquilla está muy sucia, la puedes remojar en detergente o enjuague bucal antiséptico.

Para los raspones en una boquilla de goma o resina puedes quitarlos con un papel de lija, o una lima de uñas. Comienza con el grano más áspero para quitar el raspón, y sigue con los más finos para suavizar la boquilla.

Ahora toca limpiar la caña, un elemento que se ensucia con frecuencia por el aire tibio que soplas, el cual contiene saliva. Esto crea un espacio húmedo que puede acumular bacterias y hongos, y hasta partículas de instrumentos que dañarán el saxofón.

Después de tocar el saxofón, debes limpiar la caña muy bien, haciendo uso de una toalla limpia y un hisopo de algodón, con esto evitarás que los químicos y las bacterias se endurezcan.

Para una limpieza más profunda, tienes que mojar las boquillas sucias con agua y una pequeña cantidad de vinagre de malta o de detergente. Las cañas las puedes mojar también con alcohol o líquidos antibacterianos, incluso con peróxido de hidrógeno suave.

Siempre debes esperar a que seque muy bien la caña antes de usarla nuevamente en el instrumento.

Siguiendo estos pasos, te aseguras de limpiar de forma eficiente y completa el saxofón, de esta manera lo mantienes en óptimas condiciones por más tiempo y conservas una buena calidad en el sonido, y también proteges tu salud y bienestar al no exponerte a microorganismos.

 

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